Las últimas semanas no han tenido precedente ante el COVID-19 que ha hecho tambalear al mundo. Familias, comunidades y países enteros están enfrentando retos complejos todos los días—algunas personas están cambiando su rutina y en busca de un equilibrio entre el trabajo del hogar y su trabajo formal, mientras que otros están poniendo punto final a negocios que han tenido toda la vida, pero hay algunos más que están perdiendo a seres queridos por esta enfermedad.
A raíz de este momento inusitado debemos responder con acciones inusitadas. Muchos están tomando el reto—desde líderes del gobierno que están echando a andar políticas para protegernos, hasta organizaciones como bancos de alimentos que están siendo de mucha ayuda en las comunidades, sin olvidar a los científicos que están trabajando día y noche para desarrollar una vacuna. Todos los días, la gente se despide de miembros de su familia que están sacrificando su propia seguridad para salir a trabajar en hospitales, supermercados, restaurantes, y estaciones de policía para mantener al resto de nosotros sanos y salvos.
Con tantas personas haciendo tantos sacrificios, es obvio que la filantropía también tiene una obligación de participar en tiempos de crisis apoyando a nuestras organizaciones donatarias colaboradoras y a las comunidades en donde vivimos y trabajamos. A nivel sector, tenemos una posición única para ver el horizonte a largo plazo, y realizar inversiones inmediatas que lleven a un cambio duradero. Nos estamos empeñando en cubrir vacíos que surgen tras acciones del gobierno y de otras entidades privadas, y en dar financiamiento en áreas donde tenemos experiencia y donde podemos agregar el mayor valor posible.
En la Packard Foundation, nuestros valores fundamentales nos exigen actuar, y que lo hagamos rápidamente. Es por ello que estamos cambiando la manera en que llevamos a cabo nuestras actividades, y estamos realizando nuevas inversiones. En primer lugar, estamos realizando los mejores esfuerzos para apoyar a nuestros donatarios colaboradores y acomodarnos a sus fluctuantes necesidades particulares mientras navegan las necesidades de las comunidades a quienes atienden. Como lo compartí hace unas cuantas semanas en un post en nuestro sitio web , también estamos ajustando nuestros procesos de otorgamiento de donativos para que sean lo más flexible posible al mismo tiempo que vamos aprendiendo la manera en que el COVID-19 está impactando las operaciones de nuestros donatarios colaboradores. Además, estamos comprometidos a dejar intactos los presupuestos del programa de otorgamiento de donativos de la Fundación para el 2020 incluso antes de la crisis financiera de los últimos meses. Por mucho tiempo, hemos estado preparando planes en caso de un período de incertidumbre económica y tenemos políticas fiscales en pie para hacerle frente a estos acontecimientos.
Segundo, estamos realizando nuevas inversiones. Además del apoyo continuo a nuestros donatarios colaboradores, nuestra Junta Directiva aprobó la cantidad de $5 millones de dólares para enfrentar el COVID-19 de manera específica en cuatro áreas:
1. Nos comprometemos a garantizar que aquéllos que más lo necesitan en nuestra región local –donde se localiza nuestra sede y donde vive la mayoría de nuestros empleados– reciba soporte crítico. Estamos haciendo donativos por un valor total de $1.4 millones de dólares a organizaciones de la región que dan servicio a personas sin vivienda, sin trabajo, sin seguro médico o de bajos recursos. Entre esas organizaciones se encuentran: Community Food Bank for San Benito County, LifeMoves, Samaritan House, Catholic Charities of Santa Clara County, y Community Homeless Solutions. Además, estamos apoyando con fondos de ayuda comunitaria, los cuales pueden complementar donativos a nivel regional y tener un amplio alcance en las comunidades.
2. Al mismo tiempo que los impactos de COVID-19 se dejan sentir por todo el mundo, estamos otorgando $1.35 millones de dólares para respaldar las necesidades urgentes en materia de salud pública a nivel nacional y global, incluyendo acciones en dos regiones donde tenemos una gran cantidad de donatarios colaboradores. En Estados Unidos, estamos financiando a CDC Foundation en su labor de cubrir la falta de financiamiento y de acción por parte del gobierno, como el cubrir los costos de aislamiento y cuarentena de individuos y familias, el desarrollo de tecnología y herramientas de monitoreo de la enfermedad, y mensajes de comunicación que sean apropiados para el contexto cultural.
En Etiopía, donde por más de 20 años hemos apoyado a organizaciones y líderes que buscan acceso a servicios de salud reproductiva de calidad, estamos respaldando a Ethiopian Public Health Association para asistir con su plan de respuesta y preparación nacional. Con esta inversión, tenemos la esperanza de que podremos reducir el desproporcionado impacto que la pandemia tendrá en mujeres y niñas. También estamos apoyando estrategias de respuesta al COVID-19 que tengan un enfoque especial en las mujeres y las niñas.
A nivel global, estamos otorgando financiamiento para el Fondo de Respuesta al COVID-19 de CARE para aumentar el acceso al agua, a sistemas sanitarios, a servicios de salud general y de salud reproductiva, para promover la comunicación de riesgos, impulsar prácticas preventivas y facilitar medios para la subsistencia y la educación en más de 50 países alrededor del mundo.
3. Estamos aportando $1.25 millones de dólares para la investigación y colección de datos científicos para ver cuántas personas han sido afectadas, cómo se propaga el virus, y su impacto en la gente y las comunidades más allá de los impactos médicos directos. Investigadores de la Universidad Estatal de Oregon recopilarán datos mediante el monitoreo rápido de la población del virus SARS-CoV-2 prácticamente en tiempo real, permitiendo tomar una inmersión profunda en una comunidad única para dar información sobre la naturaleza de la propagación del COVID-19 que puede ayudar a guiar políticas de salud pública. The Data Foundationencabezará un estudio nacional de la salud física, salud mental e impactos económicos relacionados con el COVID-19 que permita a los investigadores y los legisladores entender más el brote y responder de manera efectiva a sus impactos.
4. También estamos aumentando los continuados esfuerzos de la Fundación con un donativo de $1 millón de dólares para apoyar una licencia familiar pagada a nivel nacional, un beneficio esencial que todos los adultos necesitan para cuidar a sus seres queridos o a sí mismos. La crisis del COVID-19 está examinando a detalle el problema de las inequidades que han resultado de la falta de una política nacional de permisos por razones familiares, y los impactos desmedidos que tienen en familias de bajos recursos.
Todos sentimos la presión y el desafío de diversas maneras en este momento sin precedente y todavía seguimos aprendiendo conforme va surgiendo nueva información. Al interior del sector filantrópico, cada uno de nosotros debe examinar lo que podemos hacer para apoyar a nuestros donatarios colaboradores, para cumplir con las necesidades y las metas de las comunidades donde vivimos y trabajamos, y para usar nuestras voces y nuestros recursos económicos para llevar a cabo acciones contundentes y a corto plazo que contribuyan a que todos nos sintamos más seguros y saludables a largo plazo.
A medida que navegamos estos momentos inciertos, reconocemos que aun falta mucho trabajo por hacer en las semanas y meses por venir, y nos sentimos profundamente agradecidos de participar en esta colaboración con todos ustedes. Nuevamente, por favor mantengan abierta la comunicación con el personal de nuestro programa o envíen sus sugerencias sobre cómo podemos ayudarles más, al correo [email protected]. Nos hemos comprometido a tener un diálogo sobre los desafíos que ustedes pudieran estar enfrentando y vamos a continuar enviando actualizaciones oportunas sobre nuestro trabajo conjunto.